Una madrugada lluviosa deambulando por las calles riendo, cuestionando mi comportamiento como un vidente en esta vida de hotel, considerando que soy como un turista buscando alternativas para quedarme.
¡Tome asiento! dijo mi estado mental, siéntese a esperar las llaves del cuarto de alquiler.
No sé quien he sido en realidad, busco respuestas sin formularme preguntas, estoy hundido, hundido sin salida, como en un callejón atrapado.
Seguí mi rumbo intentando hablar conmigo mismo, refutaba cada comentario que en mi cabeza oscilaba, no puedo asimilar comportamientos o acciones en mí, que ya no conservo. A veces me preguntan: ¿Por qué usted es así?.
Los miro sin ningún signo de compasión y respondo: En realidad la he cagado muchísimo, no puedo concluir en quien puedo ser, si no en lo que realmente soy.
Esté soy yo, un sujeto que se a forjado como un diamante en bruto, un barco que se transformo en submarino al momento de hundirse, un astronauta que decidió ir al espacio a observar las estrellas y luego se quedo a convivir con ellas, ese mismo, ese soy yo, el sujeto quien he formado y el que realmente me identifica.
No pretendan concluir que mis vivencias me han hecho lo que soy hoy en día, tal vez un poco, pero fui yo quién tomo la decisión, pues no comprendía que era yo quien conservaba el control de mi futuro.
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