No le dé tanta importancia a los demás. Están ahí, pero son tan efímeros como el aire.
Algunos contra mí, no me asusta. Todos contra mí, tampoco me asusta. Pero yo contra mí, esto realmente si me asusta, jamás podré ganarme yo mismo. Nadie nos prepara para conocernos a nosotros mismos.
Me siento como si estuviera en una pesadilla, es una fuerza irracional que de pronto se apodera de mí, como si estuviera en trance, poseso, invadido por imágenes que se imponen en la tela.
La opción por el aislamiento y la soledad produjo sus frutos de inmediato. Escribo de día y de noche sin detenerme, sin ir al baño, sin comer.
Es una época donde la fertilidad artística que me hace renacer, que me recuerda mi identidad perdida y cuál era mi verdadera misión en el mundo.
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